Un Pleno ‘estupefaciente’ en El Puerto de Santa María

El Ayuntamiento de El Puerto de Santa María celebró un pleno en el que, en teoría, se debatirían cuestiones de gran calado para la ciudad, pero que terminó desviado hacia ataques de la oposición contra el alcalde, Germán Beardo. En el orden del día figuraban propuestas clave, como la modificación puntual del PGOU para incorporar edificaciones irregulares en la zona Cantarranas 4, la suspensión del plazo para resolver en el expediente de modificación del PGOU en el Corredor Verde Occidental, la modificación de Catálogo del PEPRICHyE en varias ubicaciones de la ciudad, la seguridad en la CA-3106 o la agilización de trámites en el Servicio Andaluz de Salud​.

Sin embargo, el debate se centró en los viajes del regidor al Foro de Davos y Argentina, pese a que no han supuesto coste alguno para las arcas municipales. En este contexto, el portavoz socialista, Ángel González, protagonizó uno de los momentos más llamativos al afirmar que estaba "estupefaciente", cuando en realidad pretendía decir "estupefacto", en un nuevo alarde de oratoria más acorde a tiempos de Sagasta o Castelar.

Más estupefactos quedaron los miembros del pleno cuando González, tras exigir transparencia al equipo de Gobierno, no fue capaz de responder de manera clara sobre el origen y la cuantía de su propio salario. Un episodio que dejó en evidencia que la fiscalización no puede ser unidireccional y que en política, además de exigir, también hay que rendir cuentas. 
 

Una nueva prueba de solo querer ver la paja en el ojo ajeno, cuando las vigas en el propio se cuentan por millares.